En la calle del General Díaz Porlier todavía es posible ver al tendero de toda la vida llamando por el nombre a sus clientes, preguntándole por la familia o por el último achaque.
Y es que en esta vía el comercio tradicional ha sabido mantener su presencia, a pesar –o quizás por ello– de estar próxima a vías mucho más comerciales.
El caso es que junto a los colegios, hospitales o sedes de algunas instituciones se van salpicando los pequeños comercios de toda la vida, de pequeño y mediano tamaño, trato cercano y de muy diversa índole.
Puestos cercanos al mercado de Torrijos
Llama la atención la proliferación de puestos de alimentos en las proximidades del Mercado de Torrijos. Cuando hace años el mercado cerró para hacer una profunda transformación, numerosos puestos buscaron locales en la calle y son los que ahora permanecen en las proximidades de esta importante galería comercial para todo un barrio. Además, dentro de Torrijos no solo hay puestos de alimentos, también tienen presencia comercios de toda la vida, donde poder comprar por ejemplo camisetas históricas de fútbol o, incluso, un rastrillo benéfico.
Comercio de proximidad, comercio de barrio
La presencia de El Corte Inglés de Goya o la cercanía con el de Felipe II no amedrenta a los comercios de toda la vida de Díaz Porlier, donde es posible desde comprarnos un jamón o una hogaza de pan a vender algunas joyas antiguas, desde visitar una inmobiliaria a revisar nuestro audífono o arreglar nuestro reloj... todo ello con un trato cercano, propio del comercio de proximidad.
Porque al final, junto a sus vecinos, el comercio de una calle y sus comerciantes son los que dotan de carácter a la misma y a buen seguro que a Díaz Porlier no le falta el carácter.