Sebastião Salgado ha sido testigo de una época que, probablemente, jamás se repetirá. El esplendor de la fotografía documental del siglo XX, con autores embarcados durante años en un solo proyecto, está en peligro de extinción por los cambios tecnológicos y la falta de apoyo de los medios. El fotógrafo no es otra cosa que un "reflejo" de la sociedad de su tiempo y la "faceta documental" de la fotografía está cambiando: "No es malo ni bueno, es así", reconoce sin acritud el autor brasileño.
–’Serra Pelada’ data de 1986, fue uno de sus primeros trabajos de la serie ‘Trabajadores’. ¿Qué recuerdo tiene de este proyecto?
–Me acuerdo perfectamente de cada momento. Vivíamos bajo una lona, no había ni hoteles, ni restaurantes, solo la selva amazónica y una mina a cielo abierto. Un amigo de mi padre, que tenía una concesión, aceptó que fuera a vivir con él. Era todo muy básico. Así pasé 35 días.
–¿Qué le llevó a revisar un trabajo de hace tanto tiempo?
–Hace 33 años de estas fotografías, entonces no lo edité completamente, porque formaba parte de un trabajo más grande. En 2016 revisé todo mi archivo porque me rompí la rodilla saltando un riachuelo en el Amazonas y tuve que parar seis meses. Volví a verla de nuevo y elegí nuevas fotos...
–’Gold’ es un retrato sobre la codicia del oro y la esclavitud voluntaria a la que se sometieron miles de trabajadores. ¿Cree que sigue vigente treinta años después?
–He trabajado en varias minas de oro y he retratado a muchas personas que lo buscan. La gente cuando ve el oro no vuelve. Cuando Hernán Cortés llegó a México le dijo a Moctezuma que sus hombres tenían una enfermedad, que solo se curaba con un medicamento que se llama oro. Todo el mundo enferma de oro. Esta mina se cerró en 1992, el lugar se inundó tras una época de lluvias extremas. Los trabajadores se fueron a territorio indígena yamomani en busca de oro: violaron a las mujeres, acabaron con la vegetación, contaminaron los ríos con mercurio. Esto dura hasta hoy.
50.000 mineros, a través del objetivo
Con 75 años y en un estado de forma envidiable, Salgado ha pasado por España para presentar la exposición 'Gold. Tierra Pelada', que se inauguró a mediados de noviembre, en el
Centro de Arte Tomás y Valiente (Fuenlabrada, Madrid), y un libro de mismo título (Taschen).
En él revisa uno de sus primeros trabajos que le encumbró como fotógrafo, el de la mina de Serra Pelada (Curionópolis, Brasil, 1986). Un inmenso agujero de 200 metros de diámetro, donde 50.000 mineros desarrollaban su trabajo en condiciones infrahumanas.