Un viaje a las entrañas de la política, que traslada a los espectadores a un despacho de cualquier partido político. En él, dos hombres cerca de alcanzar el poder tras años de dedicación a la política, ponen al descubierto sus deseos, ambiciones, ilusiones y miedos. Lo que en un primer momento es una distendida reunión improvisada, acaba convirtiéndose en un tenso intercambio de reproches.
¿A quién traicionar, al amigo que siempre te acompañó o a tus creencias más profundas..?
Dignidad, del eficiente dramaturgo y guionista de TV y cine Ignasi Vidal, es una obra que nos recuerda mucho a la película El precio, ganadora de tantos premios Goya en su última edición. Su trama: la corrupción política actual. En este caso, dos amigos en la cúpula del poder de un partido estatal, discuten sobre si es o no moral 'desviar' fondos del partido para fines personales, teniendo en cuenta todo lo que están dando de su vida en él.
La diatriba moral de si el personaje del bueno es muy bueno y si el malo es muy malo aparece claramente en la superficie del texto. Pero, un pequeño subtexto subyace, sobre todo, de cara al final, para transmitirnos el eterno y verdadero mensaje de que no todo es blanco y negro en la vida, porque los matices son los que conforman al ser humano.