Lissavetzky denunció “la paralización” de un proyecto para el que se realizó un concurso de ideas pensado para albergar la sede de Urbanismo y que ahora se ha descartado a favor del edificio APOT en Campo de las Naciones, un inmueble que será vendido por el Ayuntamiento por 30 o 35 millones con el acuerdo de alquilarlo después durante 10 años al precio de 42,2 millones de euros. “Es una operación redonda”, ironizó.
Según sus palabras, este “despropósito” no sería necesario si se opta por realizar el traslado a las instalaciones del mercado de Arganzuela y ponerlo de nuevo en funcionamiento. “Nuestro proyecto es algo sensato. Con una mano de pintura y limpieza podrían trasladarse aquí los funcionarios”, señaló.
A su vez, abogó por extender el uso del edificio y no dejarlo únicamente para competencias municipales . Y por ello, “sería buena idea tener aquí un centro ligado a la innovación, a la investigación y tecnología; que esté ligado a las empresas”, propuso.